Financiación:
Ministerio de Ciencia e Innovación
AEI (Agencia Estatal de Investigación)
Mediante la exploración de la relación entre la literatura y la globalización contemporánea, nuestro anterior proyecto (LYG) tenía varios objetivos: primero, examinar las premisas teóricas detrás del giro transnacional en los estudios americanos; segundo, ocuparse de la revisión del paradigma étnico americano, transformado por la creciente movilidad de individuos y comunidades; tercero, estudiar los discursos críticos con el nuevo orden global, haciéndose eco de los viejos y nuevos "descontentos" (Stiglitz) creados por la marca neoliberal de la globalización; por último, interrogar la (más bien asimétrica) reciprocidad que envuelve el proceso de la globalización contemporánea.
La percepción adquirida tras este primer proyecto no solo nos ha familiarizado con perspectivas transnacionales, sino que también nos ha hecho darnos cuenta de la necesidad de expandir el ámbito de estudio para incorporar la producción literaria y cultural que emana de toda la región norteamericana en vez de solamente los Estados Unidos, aunque nuestro ámbito principal continúe siendo el de la literatura anglófona. Durante la exploración del impacto de la globalización en nuestro campo de estudio, descubrimos que muchos de nuestros intereses y resultados de investigación convergían en un concepto aparentemente residual: WASTE ("desperdicio, desecho").
Las últimas décadas del siglo XX han presenciado el "cambio de una cultura definida por su producción a una cultura definida por su desperdicio” (Deitering). Mientras que la basura y la toxicidad se difundieron, la “violencia lenta” (Rob Nixon) de la degradación ambiental atribuida al paradigma capitalista global de crecimiento continuó siendo extrañamente esccurridiza, difícil de localizar y de reflejar en representaciones artísticas. Este es el motivo por el cual nos centramos en analizar textos que tratan de superar las “formidables dificultades imaginativas” que Nixon menciona, en un intento de neutralizar esos “mecanismos de distanciamiento” que impiden que la violencia lenta adopte una forma narrativa efectiva. Sin embargo, en vez de abordar únicamente la degradación del medio ambiente, este proyecto también pretende centrarse en las comunidades y grupos humanos que se han vuelto residuales o desperdici(ad)os.
Para llevarlo a cabo, recurriremos a los Waste Studies y, más específicamente, a la “Waste Theory”. El potencial de esta perspectiva crítica reside en el hecho de que permite a los académicos lidiar con las (funestas) consecuencias que nuestra economía de desecho tiene tanto para los seres humanos como para todo el planeta. La “Waste Theory” le debe mucho a las teorizaciones filosóficas de la modernidad, de la globalización y de la comunidad (Giorgio Agamben, Zygmunt Bauman, Herbert Marcuse, Jean-Luc Nancy) y a las escuelas ecocríticas de la justicia ambiental (Joni Adamson; Joan Martínez Alier; Rob Nixon), toxic discourse y waste studies (Lawrence Buell, Cynthia Deitering, Susan Morrison, Rachele Dini, Dana Phillips, Heather Sullivan, Molly Wallace).
Comunidades residuales, comunidades de desecho
Comunidades desperdiciadas: de la etnicidad a la humanidad
Residuos de lo posmoderno