03/12/2021
La Bauhaus está considerada como la escuela de arte y diseño más progresista del periodo de entreguerras. Su programa y manifiesto establecía que serían admitidas en la escuela “todas las personas… sin limitaciones de edad ni sexo”, cuya preparación fuese considerada suficiente por el consejo de maestros. Esta postura aparece repetida, casi de forma idéntica, en el primer borrador de los estatutos de la Bauhaus y también en la versión oficial publicada en 1921.
En el discurso inaugural, de mayo de 1919, el fundador y primer director de la Bauhaus, Walter Gropius, insistía en el mismo punto de partida, enfatizando que los estudiantes tendrían todos idénticos derechos y obligaciones y que ninguna concesión especial sería hecha a las mujeres:
Ninguna diferencia entre el bello sexo y el sexo fuerte. Absoluta igualdad, pero absolutamente las mismas obligaciones. Ninguna consideración hacia las damas, en el trabajo, todos artesanos...
En el primer semestre de docencia de esta escuela se matricularon más mujeres que hombres, cuestión que no fue bien recibida por Gropius, quien no quería que la Bauhaus se convirtiera en un centro más de Artes y Oficios. Así que, poco después de los discursos de igualdad inicial, se planteó reducir la presencia femenina creando un taller especial para ellas y sugiriendo a los maestros del consejo que “para un futuro próximo, solo las mujeres de extraordinario talento sean admitidas en la escuela”.
Estas palabras ponen de manifiesto que el discurso visible progresista no se correspondía con la realidad. De hecho, en una carta de Gropius de febrero de 1921, dejaba por escrito su oposición expresa a la formación de arquitectas:
Según nuestra experiencia no es aconsejable que las mujeres trabajen en los talleres de artesanía más duros, como el de carpintería, etc. Por esta razón, en la Bauhaus se va formando cada vez más una sección de carácter marcadamente femenino que se ocupa principalmente de trabajar con tejidos. Las mujeres también se inscriben en encuadernación y alfarería. Nos pronunciamos básicamente en contra de la formación de arquitectas.
La gran libertad en la comunidad de aprendizaje de la Bauhaus y la actitud independiente ante la vida que allí se transmitió son percibidos por los contemporáneos como una característica importante de esta institución alemana. También lo fueron su planteamiento novedoso a nivel docente y sus respuestas artísticas, plásticas y estéticas a diversas necesidades de su tiempo. No obstante, ¿se produjeron esos mismos avances en los criterios de admisión y formación igualitaria para ellos y ellas en la Bauhaus de Weimar? La concentración de estas últimas en determinadas actividades las alejaba, desde un principio, del aprendizaje de la arquitectura por medio de la participación en talleres diversos, como resultado y compendio de todas las artes unidas, cuestión clave en la nueva formación que la Bauhaus proponía.
Para saber un poco más:
Hervás y Heras, Josenia. Las mujeres de la Bauhaus: De lo bidimensional al espacio total. Buenos Aires: Diseño, 2015.
Rössler, Patrick. 2019. Bauhaus mädels: a tribute to pioneering women artists. Colonia: Taschen.