Creado en 2004 (mismo año de la puesta en marcha de Scopus), el éxito del buscador científico de Google polariza a profesores, documentalistas e investigadores. ¿Debemos utilizarlo? ¿Son mejores las bases de datos? ¿Cometemos algún tipo de sacrilegio?
Acceso a Google Scholar: https://scholar.google.es/
GS no deja de ser un subconjunto de su hermano mayor Google. A diferencia de las bases de datos tradicionales, GS es un simple motor de búsqueda que rastrea sistemáticamente y de forma totalmente automática la web en busca de contenidos científicos (páginas web de universidades, centros de investigación, repositorios y editoriales).
- Indexa millones de artículos a texto completo, resúmenes, tesis, preprints, libros y páginas web seleccionadas de múltiples disciplinas.
- Indexa gran parte de los trabajos de investigación, incluidos los contenidos a texto completo y por suscripción de las principales editoriales académicas, universidades, repositorios digitales y otras editoriales comerciales. También incluye la literatura gris disponible en línea.
- Abarca prácticamente todas las áreas del conocimiento científico, incluyendo ciencias, tecnología, ingeniería, ciencias de la vida, así como ciencias sociales y, en menor medida, humanidades.
Pero si se trata de un simple buscador, que rastrea webs automáticamente, ¿cómo puede entonces competir con bases de datos como Scopus o Web of Science?
He aquí sus principales fortalezas:
- Su índice es con diferencia el más grande del mundo, llegando a cruadruplicar a Scopus y a WoS. Es cierto que podemos argumentar que GS reune otro tipo de documentos de los que WoS y Scopus prescinden, como informes, TFGs y TFMs, tesis y otro tipo de literatura gris, o bien artículos de revistas de calidad menos contrastada. Pero estudios como "Google Scholar, Web of Science, and Scopus: Which is best for me?" (2019) demuestran que GS también es capaz de recuperar notablemente más información relevante y de impacto. De hecho, en áreas como ciencias sociales, mucha más.
- Buena parte de los trabajos incluidos en su índice (gracias a los acuerdos con las grandes editoriales) son indexados a texto completo (mientras que WoS y Scopus indexan metadatos como el título, resumen, palabras clave, etc.). Eso favorece un sistema de búsqueda con matices distintos y que complementa a los anteriores, ya que presenta una mayor exhaustividad en la recuperación de la información, pero a cambio de un mayor ruido documental.
- PageRank, poco más que decir. Sí, Google probablemente tenga la familia de algoritmos más potentes del mundo, lo que le permite ofrecer unos primeros resultados muy relevantes. Si nuestra búsqueda no requiere de una compleja ecuación de búsqueda (en ese aspecto es superado por las bases de datos tradicionales), GS es una gran opción para identificar rápidamente los trabajos de referencia en esa línea de investigación.
- Acceso inmediato al texto completo. GS rastrea los trabajos a veces desde 5, 10 o más fuentes. Entre ellas, siempre da prioridad a la que ofrece el acceso al texto completo. A un sólo click. Si la publicación está en acceso abierto, GS la encontrará.
- Añade información relevante, como las citas recibidas. Información que tiene muy en cuenta su algoritmo de relevancia, lo que le permite dar prioridad en la pantalla de resultados a los trabajos más importantes o, mejor dicho, de mayor impacto. Es una manera sencilla y rápida de conocer qué trabajos son capitales en un área del conocimiento.
- Facilidad de uso. Mientras Scopus y WoS exigen alguna hora de entrenamiento en sus plataformas para poder tener una experiencia satisfactoria, la sencillez de GS permite disfrutar de la herramienta desde el primer minuto. Es muy intuitiva y por ello, requiere poco esfuerzo del usuario.
Llegados hasta aquí, se podría pensar que no hay más de qué hablar. Nos quedamos con Google Scholar. ¡Alto ahí! Ahora toca hablar de sus debilidades... Y sí, las tiene (siguiente apartado de la guía).