Una de las pocas obras filológicas que Bello cita como fuentes de su Gramática es la titulada Opúsculos gramático-satíricos de Antonio Puigblanch, una obra impresa y editada por el propio autor hacia 1828 durante su exilio en Londres. La obra, de más de 900 páginas, apenas ha merecido más atención que la dispensada por el conde de la Viñaza y posteriormente, por V. Llorens desde una perspectiva histórica y cultural.
No obstante, los Opúsculos de Puigblanch, trabajo verdaderamente excepcional por muchos aspectos, pueden ocupar un lugar destacado en la historiografía lingüística del siglo XIX al menos en el género de los escritos de censura contra los textos gramaticales de sus contemporáneos. En este mismo género se incluyen otras obras, como la de Martínez López, que siguen de cerca el ejemplo de Puigblanch.
En este sentido, dedicamos nuestra comunicación al análisis de las observaciones gramaticales de Puigblanch y la repercusión que estas críticas tuvieron sobre todo en las diferentes ediciones de la Gramática de Salvá. Las críticas de Puigblanch en materia gramatical se dirigen fundamentalmente a los supuestos valencianismos, arcaísmos, vulgarismos y otras incorrecciones que meticulosamente analiza en la obra de Salvá. Proponemos, en fin, que tanto la aceptación como el rechazo de estas críticas por parte de Salvá fueron, a su vez, tomadas en consideración por Bello en su Gramática.
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